¿Por qué "La cuevita de la izquierda"?


El nombre de este blog, "La cuevita de la izquierda", fue sugerido por la Vicesecretaria General del PSOE, Elena Valenciano, que en una de las más desafortunadas declaraciones que se la recuerdan, aunque tiene muchas, manifestó que el PSOE debería abandonar "la cuevita de la izquierda" si quería tener algún futuro.

Este blog en origen fue creado por Juan Ramón Lagunilla fruto de una conversación sobre el despropósito de la frase de Elena Valenciano que tuvimos los dos y mi amigo Paco Ramos. Meses después, como del trío solo yo no disponía de una página en la que difundir mis inquietudes, le pedí a Juan Ramón que me cediera esta "cuevita" donde guarecerme en la nueva etapa que inicié cuando el pasado 17 de mayo de 2013 dejé todas mis responsabilidades en UGT. Simplemente he puesto dos fotos de la montaña palentina, una de Fuente Cobre, y otra de la majestuosa Peña Labra.

Aquí os espero.

miércoles, 26 de febrero de 2014

CAMP "VIRGEN DE LA CALLE".¿QUIÉN CUIDA AL QUE CUIDA?


Hoy el comentario no es del todo mío, sino de una compañera de trabajo, del CAMP “Virgen de la Calle”, que, como  la totalidad de la plantilla, está siendo atacada en su vida personal, laboral y familiar por las decisiones de responsables de lo público que parece que disfrutan haciendo más difícil el trabajo de sus subordinados, aun a costa de generar un mal clima laboral que sólo por la profesionalidad de los trabajadores no está perjudicando a los usuarios. ¡Qué fácil es tomar decisiones sobre los que hacen turnos de mañana, tarde y noche los 365 días del año, cuando uno tiene horario de mañana, de lunes a viernes y puede disfrutar de su familia, de sus amigos todos los sábados, domingos y festivos, y hasta come en el centro de trabajo!      

       Comienza su comentario con un famoso cuento infantil: 

       Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejor aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel, ser un buen trabajador.

       El primer día se presentó al capataz y, éste le dio un hacha y le asignó una zona del bosque.

       El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un sólo día 18 árboles.

       Te felicito, le dijo el capataz. Sigue así.

       Animado por las palabras de éste, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo el día siguiente. Así que, esa noche, se acostó temprano. A la mañana, se levantó el primero y fue al bosque.

       Pero, a pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más que 15 árboles. Debo de estar cansado, pensó. Y decidió acostarse antes.

       Al amanecer se levantó decidido a batir su marca. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad.

       Al día siguiente fueron 7, luego 5 y, el último día, estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol.

       Inquieto por lo que pudiera decir el capataz, el leñador fue a contarle lo que estaba pasando, jurando y perjurando que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento.

       El capataz le preguntó ¿Cuando afilamos tu hacha por última vez?

       ¿Afilar? No he tenido tiempo, he estado muy ocupando talando.”
      

        Continúa su comentario: Soy una trabajadora del CAMP “Virgen de la Calle” a la que, por cierto, le “chifla” su trabajo. A la Dirección del CAMP quiero decirles que, con la medida que han tomado, nos han vuelto nuestra vida personal del revés. ¡Con los años que cuesta organizarla! Cada uno adaptando su trabajo, cambiando turnos de manera que podamos cuidar de.... disfrutar de....ir a...coincidir con...en definitiva, conciliar la vida laboral con la familiar y personal, y ustedes en un mes nos la han dado la vuelta como un calcetín.

       ¿Están ahorrando personal? ¿Están ahorrando dinero? ¿Los trabajadores son más eficientes? ¿Cómo se benefician los usuarios de esta medida? Todas las respuestas son negativas. 

       Yo les pido,  de todo corazón que, como al leñador del cuento, nos ayuden a “afilar nuestras hachas”. Tenemos preparación, vocación, ganas, ideas, paciencia, responsabilidad, cariño...pero si ustedes no nos proporcionan las herramientas adecuadas para realizar este trabajo que, por cierto, es bastante duro, pronto caeremos en la desesperanza, el desfallecimiento, la apatía...¿esto sí que beneficia a los usuarios? ¿mejora el servicio público? 

       Desde mi humilde punto de vista, una Consejera, un Gerente, un Director, un Administrador, una Responsable de área, una Coordinadora, un sindicalista, un cuidador, un educador, un cocinero...un trabajador, en definitiva, una BUENA PERSONA, es aquella que, desde la sencillez y la humildad, sabe reconocer que no es perfecta, que comete errores, que, a veces, aún creyendo que toma decisiones adecuadas, las circunstancias, los hechos, le demuestran que se equivoca. 

       Entonces, ¿qué hacer? Tener la valentía y el buen corazón de rectificar, dar marcha atrás e intentar buscar una solución mejor. Haciéndolo, todos nos engrandeceremos.

       Yo les pido que sean valientes, sean justos, sean humildes. Sólo así se consigue ser buen político, buen Gerente, buen Director, buen Administrador, buen cuidador, buen educador, buen camarero...Si son capaces de dar marcha atrás se darán cuenta de que “NO PASA NADA”, sólo habrán hecho lo correcto y ello les engrandecerá como trabajadores, que también lo son, no lo olviden, y, sobre todo, como personas. 

       Si es así, yo y muchos como yo, pensaremos: tengo buenos jefes, ante una necesidad personal me entienden, están a mi lado. Si todo esto sucede yo le puedo asegurar una cosa: el día que cambien su decisión y tomen la correcta “dormirán a pierna suelta”. 

       A mí sólo me queda añadir, sobre lo dicho por mi compañera, que si no es bastante el ensañamiento que estamos sufriendo los empleados públicos, rebajándonos salarios, aumentando jornada y eliminando derechos nos topamos con responsables obsesionados con hacernos más difícil todavía nuestra vida, nuestro trabajo y, ello, ironías del destino, querida Consejera Milagros Marcos  en un centro dependiente de la Consejería de Familia encargada de hacer posible la conciliación de la vida familiar, laboral y personal.

       Termino con unas palabras para nuestro Director, Javier. Lo digo por experiencia, cuando uno se jubila de algo a lo que ha dedicado su vida, no se va del todo, deja responsabilidades pero la vocación se mantiene. Disfruta del descanso,   pero sigue en   la onda.

       

1 comentario:

  1. Ya es hora de que los trabajadores dejemos de ser los conejillos de los jefes

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