El año 2004 el profesor
norteamericano George Lakoff publicó “No pienses en un elefante” (2), un libro de lectura obligada para entender el continuado
retroceso electoral de los partidos
progresistas en las dos últimas décadas. La tesis fundamental del autor es que si los progresistas quieren volver a tener
posibilidades de acceder a los gobiernos lo fundamental es que dejen de pensar
en los valores de la derecha, dejen
de utilizar los discursos conservadores y, sobre todo, no apliquen medidas
propias de la derecha. Deben centrarse
en extender sus propios valores para imponer sus marcos conceptuales en la
población.
También
es muy interesante su aportación en el estudio de los procesos de cambio social desarrollando los conceptos de “pensamiento estratégico” y de “iniciativa
estratégica”.
Desarrollar
el pensamiento
estratégico es, además de adelantarse al futuro, “desencadenar muchas cosas, poniendo en marcha tan sólo una cosa. Se trata de reconfigurar el futuro haciendo
una cosa ahora”.
Y el mecanismo para poner en práctica este tipo de pensamiento son las “iniciativas estratégicas” entendidas como un instrumento
oculto y perverso de cambio social puesto que nunca dicen lo que esconden. Para conseguir un objetivo, siempre ideológico y de “clase”, más amplio
y de peor recepción por los ciudadanos se empieza con un primer cambio que hará
a los siguientes pasos “inevitables”.
Pues
bien, en la anterior legislatura el PP
tuvo la visión estratégica de aprobar medidas que eran auténticas “iniciativas
estratégicas” contra las clases
populares en general y los trabajadores
y sindicatos en particular.
Veamos una del pasado y también otra que se plateará
en el futuro próximo.
Lo estratégico de la reforma laboral, ya iniciado por el PSOE en 2010
cuando pensó como un elefante, no es si el despido cuesta más
días o menos, ni mucho menos disminuir la precariedad como se dijo. El objetivo
era conseguir una profunda y duradera
devaluación de los salarios para hacernos, según su lenguaje, más
competitivos. Como decir que había que
reducir los salarios un 20% era muy impopular, “estratégicamente” se reformó la
negociación colectiva (preponderancia del convenio de empresa, limites a la
prórroga de los convenios, ampliación y facilidad para inaplicar matarías
troncales del convenio…). Así se rompió
la correlación de fuerzas a favor de la empresa, ya muy fortalecida por la
ampliación del “ejército de reserva de trabajadores” debido al aumento del número de
desempleados.
Una iniciativa estratégica “de libro” porque acababa con “dos pájaros de un tiro”: bajada de los
salarios y
pérdida de derechos sociales y laborales pero, también el debilitamiento de los sindicatos que pierden la posibilidad
de mejorar las condiciones laborales de su clientela.
No
seamos ilusos, sin convenio que pueda mejorar las condiciones laborales el
sindicato deja de ser referencia para los asalariados.
Mejorará
la economía, pero la iniciativa estratégica de la derecha seguirá presente. Por mucho que se retoque superficialmente
la reforma laboral, si la correlación de fuerzas en la negociación no se
corrige, de poco servirá.
Si se
albergaba alguna duda, el primer día de este año, bien pronto a las ocho de la
mañana, el Ministro de Economía, el
ultraliberal De Guindos lo dejó bien claro:
"Todo
se puede perfeccionar, pero hay un núcleo duro de la reforma laboral que no se
puede modificar. Todo lo que tiene que
ver con la negociación colectiva, que está funcionando muy bien y está detrás
de la mejora de la competitividad de la economía española, sería un error
tocarlo”.
"El Gobierno tiene muy
claro que el núcleo central de la reforma laboral no se toca”. (Cadena Ser, 1-1-2017)
Es más,
en mi opinión, antes de renunciar a su
iniciativa estratégica de reforma de la negociación colectiva, el PP disolverá
las Cortes, de la misma forma que Felipe González las disolvió en 1993 días
antes de que el Congreso aprobara una Ley de Huelga que no le gustaba porque daba
“demasiado peso” a los sindicatos en la gestión del conflicto.
Esperemos que los partidos de la izquierda, donde todavía incluyo al
PSOE, no se presten a una reforma menor y cosmética de la legislación laboral que
haría muy difícil en un futuro su supresión al ser fruto del consenso. Una iniciativa estratégica sólo
deja de funcionar si se elimina.
Las
leyes de un Gobierno, y más si son estratégicas, sólo se cambian por un
Gobierno alternativo y no por la oposición por numerosa que sea.
Dejo una
pregunta. ¿Acaso la reforma laboral con
su consecuencia de la reducción salarial no busca también poner en crisis el
sistema público de pensiones? Salarios más bajos implican bajas
cotizaciones luego…
En esta
nueva legislatura el PP no va a recuperar
los grandes recortes que hizo del Estado de Bienestar, más allá de alguna
medida puntual. Y ¿cómo lo va a hacer?
Pues con
una popular iniciativa estratégica: mientras nos estén diciendo que se van a
recuperar la inversión en sanidad, educación...bajarán impuestos, a los que más
tienen más, y a las clases populares, menos.
Se tomará una medida (rebaja de
impuestos), en apariencia neutra, incluso de bien acogida que una vez en
funcionamiento no dejará otra posibilidad que no incrementar el gasto social
ante la falta de recurso. Ya se sabe que si se bajan los ingresos, no hay
fondos para políticas públicas.
El círculo virtuoso del liberalismo
económico en estado puro: aprovechar
las crisis fiscales para reducir prestaciones públicas y, después, una vez
recuperados los ingresos fiscales, bajar impuestos para que no haya suficiente
para recuperar todo lo recortado.
Y ¿cuál
debiera ser, a mi juicio, la estrategia
del sindicalismo de clase?
Desde
luego no negociar nuevos recortes (las
pensiones), no prestarse a diálogos sociales sin contenido estratégico,
compaginar negociación y movilización, no acordar reformitas que mantengan intocables las iniciativas estratégicas hábilmente impuestas
por el PP...
Sólo así recuperarán credibilidad y
mejorarán la correlación de fuerzas.
Y esperar a que la oposición de la
izquierda política tenga también pensamiento estratégico y deje de pensar en
elefantes.
(1) Artículo publicado en DIARIO PALENTINO, 12 de enero
de 2017. Agradezco a Diario Palentino la posibilidad que me da de publicar,
siempre que les he remitido algún escrito, lo que no son más que opiniones
personales y que con su “altavoz” llegan a mucha gente.
(2) El elefante es el símbolo del partido republicano de
EE.UU, de ahí el título del libro.
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