Volvía el sábado a las 8 menos cuarto de la mañana de realizar mi turno de noche, algo
cansado por la falta de costumbre y medio dormido, queriendo llegar a casa para
desayunar y meterme en la cama cuando, al pasar el autobús por la Plaza de
España, me sobresalté. Qué susto, una enorme bandera de España ondeaba al
viento.
En casa, sorprendentemente, algo me impedía abrir la puerta del frigo. Se me habían quitado las
ganas de desayunar. Pensé, será que lo que sirve de alimento para el espíritu,
esa enorme bandera, sacia también las necesidades materiales.
Recordé
una ingeniosa pancarta de los compañeros de la CNT el jueves cuando se manifestaron el jueves contra los fastos de la bandera. Decía, “la
bandera no da de comer”. No sé, no sé, a mí no entraba nada, al
contrario que otros días que había vuelto del turno de noche.
Bueno,
pues a la cama. Vuelta para acá, vuelta para allá y, nada. Vaya, como me pasaba
cuando era dirigente sindical después de una manifestación y el subidón de
adrenalina que me producía hablar ante miles de palentinos me impedía conciliar el sueño esa noche.
Joder, la bandera que, como a Revilla, “me pone”.
Papá,
papá, viene mi hija gritando, pero cómo te has bebido un litro de cocacola esta
noche y te has comido todo el bocadillo, ¿no sabes que me tienes que dejar un poco
de bocata y que la cocacola, si bebes demasiada, no te deja dormir?
Uff,
menos mal, ya creía que había aflorado en mí un fervor patriótico y marcial
desconocido, yo que soy objetor de conciencia. Todo volvía a ser racional, la
CNT tenía razón y yo no tenía hambre porque me había puesto hasta las trancas
y, una vez más, comprobé que si bebo mucha cola no duermo, por mucho sueño que
tenga.
He
vuelto a pasar por la Plaza España a la
misma hora y con el mismo cansancio, el domingo y hoy. La verdad, he desayunado como un cavador y
dormido como un bebé. Definitivamente,
la banderita ni me llena el estómago ni me produce ningún subidón de
adrenalina. Me es indiferente para el espíritu y para el cuerpo.
Vamos
a ver, querido Alcalde de Palencia, estimado Alfonso, a qué viene lo de la
banderita ahora. No era necesario que contraprogramaras las Conferencia del
PSOE, no ha sido para tanto y, además, ya lo hacía tu partido reuniendo a todos
los parlamentarios en Córdoba. ¿No será que te lo ha pedido el Director General
de la Policía, Cosidó, como contraprestación inmaterial por llenar de algo, aunque sea de porras, el
edificio de la antigua cárcel? o ¿te ha prometido celebrar la festividad de la Policía
Nacional el próximo año en Palencia, con un regimiento a caballo incluido?
Ya
que te empeñaste en lo de la banderita el viernes, tengo dos quejas. Una, para
los que suministraron el atrezo. Qué es eso de un desfile militar sin el
carnero de la legión, o, al menos, su suplente
la cabra. ¿Ves cómo a los
palentinos nos tratan como a una sucursal? Y lo que más me duele. Hombre,
siendo el morado el color de Palencia, ¿te imaginas lo bien que hubiera quedado
una franja morada junto al rojo y el amarillo? Así si hubieras sido “prime
time” en todos los canales y no sólo un breve en la tele local.
Ahora, como dice mi amigo Juan Gascón, el
Ayuntamiento la tiene más larga y más ancha que la Diputación. La bandera, me
refiero. Pero, no creo que esto quede así. Se ha igualado la contienda. El
Ayuntamiento más grande la bandera y la Dipu más altos los sueldos de los políticos.
Puestos a desigualar, aunque como ves,
no soy de trapos y mástiles, prefiero que el Presidente de la Dipu ponga una
bandera más alta y más grande, por ejemplo en la rotonda de San Lázaro , a que
tú te subas el sueldo a su nivel. Nos saldría mucho más caro.
Si
algo tienes que alzar, querido Alcalde de todos, es la voz, y no precisamente
contra la oposición que sólo hace su trabajo. Tienes que levantarla en tu partido,
a gritos, frente al Gobierno de España y
al de Castilla y León para que en sus
presupuestos nos dejan algo más que
calderilla.
Déjate de banderas, que no dan de comer, no te
escondas detrás de símbolos y ponte a ser más alcalde de los palentinos y menos
disciplinado militante de tu partido.
Defiendo
una democracia plena, que no se limite a ir a votar cada cuatro años, que
reivindique en la calle, se manifieste, proteste, luche pero, no puedo aparcar
la tentación de recordar a los convocantes y palmeros de cierta prensa, la
demagogia esa de la “MAYORIA SILENCIOSA” que tanto les gusta usar cuando se
manifiestan contra ellos y sus políticas contra el pueblo. ¿Ahora también hay
que tener más en cuenta a la mayoría silenciosa, que no sale a la calle, que a
los trescientos y pico asistentes que se
pueden contar en las fotos? Si eso vale para deslegitimar a los trabajadores
cuando acuden 10.000, también ahora cuando no se llega ni al 5%, digo yo. ¿O
no?
Todo
mi respeto democrático a los asistentes, bueno salvo para alguno que se le levantó el
brazo como un resorte, pero los convocantes, el Ayuntamiento, y demás atrezo político, estaban
mejor dedicándose a trabajar por esta
Palencia que bate records negativos de paroi y de éxodo juvenil.
(*)NOTA:Foto del nacional catolicismo agrupado, como antaño, de El Norte de Castilla.
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