Salvo crear empleo, la reforma
laboral que el PP aprobó en dos momentos, primero "decretazo" del 12
de feberero de 2012, y meses después la Ley 3/2012, de 6 de julio (BOE
Núm.162 de sábado 7 de julio de 2012), de medidas urgentes para la reforma del
mercado laboral, está consiguiendo, y de qué manera,
todos y cada uno de sus verdaderos objetivos.
Objetivos que no
aparecen en el texto legal pero que estamos sufriendo los trabajadores y
trabajadoras de este país:
- Entregar todo el
poder contractual al empresario debilitando para ello la negociación colectiva
y terminando con la fuerza vinculante de los convenios colectivos.
- Poder inaplicar
lo fundamental del convenio colectivo (jornada, salario, complementos en caso
de Incapacidad Temporal...).
- Establecer una fecha final a la aplicación del Convenio Colectivo. Lo que se conoce como eliminar la ultraactividad de los convenios, en estos momentos a la espera de la Jurisprudencia que pueda dictar el Tribunal Supremo, pero que ya ha tenido como efecto la firma de cientos de convenios colectivos "defensivos" que, para salvar el propio convenio, se han llevado por delante importantes derechos de los trabajadores.
- Atacar en origen
la muy menguada, también por errores propios, fortaleza sindical. La derecha
económica y política sabe muy bien que sin convenio colectivo no hay sindicato
y viceversa, sin sindicato no hay negociación colectiva y el trabajador, de uno en uno, queda indefenso ante el mayor poder empresarial. Para conseguir este
objetivo, el PP ha iniciado la voladura de los convenios colectivos de
sector, los que cubren al 70% de los/as Trabajadores/as. Qué bien suena decir
que así se aproxima la negociación a la empresa, cuando el 92% de las
empresas no tienen el mínimo de 6 trabajadores que exige la ley para tener
representante sindical que pueda negociar.
- Como bien ha
presumido Rajoy en su viaje a Japón, el verdadero objetivo era iniciar una
DEVALUACION COMPETITIVA de nuestros salarios para ganar competitividad. Como no
podemos devaluar una moneda que no es nuestra hay que bajar los salarios de los
españoles. Esto lo ha hecho directamente el Gobierno a sus Empleados
Públicos e, indirectamente, con la reforma laboral y el miedo que ha
atemorizado a los/as trabajadores/as. Eso sí, a costa de dejar la demanda
interna y el consumo de las familias por los suelos, metiéndonos en una espiral recesiva que, digan lo que digan, no tiene el final cercano.
En otro momento
profundizaré en este aspecto, pero ahora, quiero dar dos datos que ratifican el
último de los objetivos "no confesables" de la reforma laboral del
PP: ABARATAR EL COSTE DEL DESPIDO hasta un límite que para el empresario es una
inversión muy rentable echar a la calle a un/a trabajador/a antiguo con más
salario y sustituirle por un aspirante a mileurista, sea ahora o cuando el crecimiento vuelva. Lo que pasa, es que esta
operación se les ha ido de las manos, llevándose por delante a cientos de miles
de trabajadores.
Veamos en el
siguiente cuadro, cúanto se ha reducido el precio de los despidos, según los
datos del propio Ministerio de Trabajo, sobre las conciliaciones "con
avenencia" que se han realizado en los Servicios de Mediación y
Conciliación. Desde los sindicatos ya se dijo cuando se hizo la "reforma
laboral", que con la "descausalización" todos los despidos iban a traer un descenso brutal de las indemnizaciones por despido.
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