¿Por qué "La cuevita de la izquierda"?


El nombre de este blog, "La cuevita de la izquierda", fue sugerido por la Vicesecretaria General del PSOE, Elena Valenciano, que en una de las más desafortunadas declaraciones que se la recuerdan, aunque tiene muchas, manifestó que el PSOE debería abandonar "la cuevita de la izquierda" si quería tener algún futuro.

Este blog en origen fue creado por Juan Ramón Lagunilla fruto de una conversación sobre el despropósito de la frase de Elena Valenciano que tuvimos los dos y mi amigo Paco Ramos. Meses después, como del trío solo yo no disponía de una página en la que difundir mis inquietudes, le pedí a Juan Ramón que me cediera esta "cuevita" donde guarecerme en la nueva etapa que inicié cuando el pasado 17 de mayo de 2013 dejé todas mis responsabilidades en UGT. Simplemente he puesto dos fotos de la montaña palentina, una de Fuente Cobre, y otra de la majestuosa Peña Labra.

Aquí os espero.

jueves, 26 de febrero de 2015

“Chema necesito hablar contigo, cuando puedas me llamas”.

Así de fácil, así de raro en un representante político, era poder hablar con el Presidente de la Diputación, fueras Secretario General de UGT o un perniano de capital pero preocupado por su gente, le hubieras hecho virrey un mes antes o hubieras pedido públicamente, por enésima vez, la desaparición de las Diputaciones. Al instante tenías la llamada o un mensaje emplazándote a un momento posterior.

         Esta forma de diferenciar la confrontación política o sindical, de separar la esfera pública de la personal es la que hacía a Chema, por lo menos para mí, diferente de otros representantes políticos o sociales de nuestra provincia, sean de tu ámbito ideológico político-sindical o sean del PP para los que  los criticas te convierten en enemigo en todo y para siempre, contra ti y contra los tuyos. Y lo digo por experiencia.

         Voy a recordar algunos pasajes de nuestra relación que demuestran esta forma de hacer política, tan necesaria pero tan difícil de encontrar. A mí me ganó, por supuesto no para lo que representaba, para su ideología, pero sí para la persona.

         No quiero que se entiendan estas palabras como ese postureo, más o menos hipócrita, que recurrentemente se produce cuando alguien fallece. Esto se lo dije a Chema en persona unas cuantas veces y también a algunos Diputados Provinciales del PP con los que comparto unas cañas todas las semanas.

         Recuerdo en el verano de 2012 cuando una cacicada del Alcalde de Respenda de la Peña dejó sin agua a Baños de la Peña, el pueblo de mi mujer. Hicimos una manifestación y el Alcalde no nos quería ni recibir porque, como dijo, “aquí mando yo”. Hacía pocas semanas que en una manifestación contra las medidas de recortes del Gobierno del PP, yo había defendido la desaparición de las Diputaciones. Bien, mensaje, “Chema tengo que hablar contigo”  y de inmediato llamada. “joder Javi, ¿no dices que las Diputaciones no sirven para nada y me pones a escurrir? Pues sí, Chema pero mientras existan algo tendréis que hacer, así que llama al alcalde este y a ver si solucionamos el asunto”. Unas risas, despedida, llamada al alcalde y solución al problema.

         En la Feria de San Bernardo en La Pernía, el año que la Junta reformó, es un decir, el Puente de Vañes. Llega exultante, como era él, a la Feria y me dice: “Javi has visto como hemos arreglado el puente, que estaba peligroso”. “Si, Chema pero dime en ese puente ¿por dónde pasan las personas, por el medio de la carretera, porque habéis eliminado las aceras? Cuando vuelvas te fijas”. A las pocas semanas, se instaló una pasarela, la verdad bastante horrible pero, por lo menos, los peatones tenían su lugar. Entonces era Delegado de la Junta.

         En la Feria de 2011, ya fue como Presidente de la Diputación, y me espeta, bueno, ahora la carretera CL-627 ya no es competencia mía, pero no dejes de dar la vara a estos de la Junta que, si no, no se arreglará nunca”. Amigo Chema, la vara la seguimos dando y la carretera, ya sabes, hecha una vergüenza, pero no pierdo la esperanza.

         A los cinco minutos de anunciar una de las decisiones más duras que he tomado en mi vida, no presentarme a la reelección como Secretario General de la UGT porque mi organización se convertía en una sucursal de Valladolid y la acción sindical caía en una inercia que nos está llevando  a la nada social, primera llamada la de Chema. “Bueno, si has decidido eso, tus razones tendrás, cuenta con mi apoyo y reconocimiento y aquí estoy para lo que necesites”. Le necesité pocas veces, nunca fue para algo personal y  nunca me falló.
        
         El primer día laborable después del Congreso, “Javi, ¿nos tomamos un café?”. Se presenta con una bolsa y una manta cortesía de la Dipu. “Estas se las damos a los ancianos cuando cumplen cien años y es muy buena para echar la siesta y como ahora tendrás más tiempo pues te vendrá bien”. Nos hicimos otras risas, y cada uno a sus cosas.

         Fue pasando el tiempo en los dos últimos años, coincidiendo en algunos actos sociales donde siempre hubo tiempo para intercambiar unas palabras o tomarnos una caña.

         Así hasta la tarde del 5 de febrero de este año cuando viendo la gravedad del temporal de nieve, otros con más responsabilidades, la Junta, tardaron días en verlo y alguno, el Subdelegado, todavía no se ha enterado, me llamó por teléfono.
         Nunca olvidaré su implicación, mucho más allá de sus competencias, las conversaciones a deshora, las decenas de wash app y, por supuesto, el triste desenlace del que a veces, pienso, si no hemos sido todos un poco culpables.

         “Javi, ¿cómo ves la situación, que voy a ir a una reunión de coordinación y quiero saber tu opinión”. “. Pues de puñetera pena”. En realidad utilicé otra expresión menos académica. “Te agradezco la llamada Chema, porque acabo de hablar con Piedrasluengas y están enterrados bajo más de cuatro metros de nieve. En confianza, Chema creo que hay que  actuar rápido porque esto no es una nevada grande, ni siquiera como la del 2005 que sufriste desde la Junta, esto es otra cosa , es  una catástrofe natural”.

         “Dime, dime que tú sabes lo que es la nieve”.

         “. Bueno, pues habría que hacer cuatro cosas. Primero, prever el día después de la apertura de la carretera general y limpiar  los pueblos por dentro, para que no se repita lo de 2005 que circulaban los turistas y en los pueblos no podían salir de casa ni ir a atender las vacas. Segundo, traer maquinaria de fuera, la que hay es insuficiente e incapaz, porque el puerto y los pueblos no se va a abrir con la convencional. Tercero, Piedrasluengas hay que sacarla de la incomunicación entrando por Cantabria y, por último, tienes que hablar con la gente, que ellos saben  que esto va a ser largo pero que vean  que no están solos”.

         “Ya he hablado con los Alcaldes”. “Ya Chema, pero tienes que hablar con las personas, con los vecinos”. Esa misma noche, los tres vecinos de mi pueblo, y de otros pueblos, recibieron una llamada del Presidente de la Diputación y así todos los días. En la primera tuvo que aguantar el chaparrón de críticas, con razón, de la gente de Pernía, de Abel de Areños, de José Abraham de Camasabres, de Altagracia la de mi pueblo, pero, como me dijo, con ello tuvo un aprendizaje acelerado que le permitió tomar y plantear decisiones.

         Hay cosas que se deben contar. Cómo, para que otros se dieran cuenta de la gravedad de la situación y que había que rescatar a las personas, mucho más importantes que los camiones y coches de la autovía, puso manos libres cuando llamó a Los Llazos, al ganadero que se le había hundido la nave con 12 vacas muertas, y éste lloraba de impotencia. Cómo día tras día planteó la comunicación de Piedrasluengas por Cantabria, le costó seis días y el pobre casi ni lo ve. Cómo se ocupó de  las personas, aunque, estoy convencido, ésta vez sí le hubiera gustado ser el mandamás de la Junta para tomar todas las decisiones a tiempo.

         En fin, podría escribir otro comentario sólo con las conversaciones que mantuvimos esos días de la nieve.

         Este es el Chema que yo he conocido, les voy a contar otro secreto, en mi entorno le llamaba “superchema”, simplemente porque estaba en todo, aunque tomara medidas que ni a mí ni a lo que representaba en UGT me gustaran.

         Si el PP le va a hacer homenajes, que no se olvide del fundamental, que el dedo designador del nuevo candidato se fije en cómo era Chema, de pueblo, de pisar boñigas, de estar con las personas, de no mirar a los pueblos con ojos de ciudad, no un descarte de otras listas electorales que se encierre en su palacete.

         Termino con un reconocimiento a María Antonia, su esposa, la he conocido en el peor momento pero para mí ya es una amiga.

         Salud y suerte María Antonia y adiós “superchema”.